Aquél Amor... (La historia de una Sabueso enamorada)
Anónimo
Aquella mañana Rita
la Sabueso saludó al Gallo desde un rinconcito del jardín. ¿Qué haría el gallo
ahí, pisando flores y mirándola con el pico abierto en un melódico quiquiriquí?
Pues Bien, como era
costumbre el gallo se había vuelto a quedar dormido y las gallinas molestas lo
echaron del gallinero en un revoleo de plumas y cacareos.
A Rita, sin embargo,
simpatizaba mucho. El gallo, sí, el gallo. Era todo un galán.
Extraño era que ella,
la preferida del granjero por su buena labor estuviera deslumbrada por un Flojo
como aquel emplumado. . . Bien dicen que el amor es ciego. . .
Pero hacían una
buena pareja: ella veloz cazando cuando cuando extraño se presentara y él
cantando con alegría para darle fuerzas.
En verdad para el
gallo se trataba de una amistad, una buena relación: él cantaba y ella saltaba
rítmicamente como una bailarina. Rita le conseguía todo tipo de insectos para
enriquecer su pobre comida fuera del gallinero. Sería romántico eso de
alimentarse con jazmines y claveles, pero esa comida de jardín le hacía pésimo
a la pobre perra y a él le hacia entonar un quiquiriquí que no le gustaba nada.
Al comer los insectos, en cambio, su canto era el de un tenor.
Oye Rita, ¿cazaste
más para mí? – decía insolente el gallo
Pero la perra siempre
le respondía con un tono amable:
- Sí, gallo, yo te
alimentaré, te protegeré, te mimaré.
-¡Qué buena amiga
tengo! – pensaba el gallo.
Sí, sí, Rita era una
verdadera amiga. Para él. Pero ella pensaba otra cosa: el amor había llegado a
su vida.
Ni bien Rita empezaba
a soñar con ese romance imposible, se abrió la puerta del gallinero para el
gallo, que de tanto verla trabajar, se había contagiado un poco, un poquito, un
poquitito así.
Pero al dia
siguiente cuando Rita regresaba de cazar junto al granjero pasó al gallinero para ver a su amado . . .
¡Sorpresa! Su galán estaba al lado de una horrible gallina que empollaba unos
espantosos huevos.
Rita enfurecida tuvo
muchas ganas de entrar y agarrar del cogote a la gallina, pero justo en ese
momento el gallo comentaba con su voz más sonora:
Amigos, les voy a
presentar a mi mejor amiga, Rita la sabueso, que me ayudó muchísimo y entrego la alegría que no
tenia. . .
Tuvo que interrumpir
las presentaciones porque un huevo empezó a romperse , y otro, y otro, y otro.
. . ¡Qué pollitos tan lindos!
Rita se sintió tía y
corrió presurosa a buscar un poco de tela que había tirada para hacerles un nido mas grande.
Asi fue como Rita
fue muy feliz de poder compartir esa alegría con su amigo el gallo, ahora lo
veía claro, el mejor amigo de toda su vida.
Fin
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