viernes, 3 de junio de 2011

La Sirenita


















    La Sirenita
(Hans Christian Andersen)

   
Al cumplir los 14 años todas las sirenas tiene como derecho, iniciar las salidas a la superficie. En la siguiente historia, no se hace excepción a esta regla, la única diferencia de esta sirenita con las otras, es que ella es ni más ni menos que la hija del rey del mar.
Al igual que las otras pequeñas curiosas, esta sirenita deseaba con toda su alma, ver que maravillas tenia el mundo exterior, aquel en donde el agua estaba abajo de todo. Sin pensarlo más nado con todas sus fuerzas hasta la superficie, su asombro fue grande al ver un enorme barco que se dirigía hacia donde ella se encontraba, este gran barco era sede de una fiesta de marineros, en la cuál se encontraba un príncipe, que vivía muy cerca de la costa azul. Luces, gritos y música era todo lo que la niña podía apreciar, fue entonces que un estallido la dejo petrificada, un barril de pólvora que se encontraba en el barco acababa de explotar, cuando hizo contacto con una chispa de los fuegos artificiales.
El barco comenzó a incendiarse, entonces los marineros a bordo, iniciaron una estrategia de rescate en los botes salvavidas. El príncipe no alcanzo a escapar y fue arrastrado por la marea, después de que el barco estallara por completo. La joven niña vio al príncipe ser arrastrado por la marea, de inmediato lo siguió y condujo hasta la orilla más cercana, siempre arrastrándolo con ayuda de las olas.
Aquel joven buen mozo, parecía estar muerto, más la sirenita detecto que aun tenia pulso, fue entonces cuando ella inicio un proceso de salva taje que se utiliza en el mar, canto la mas bella canción, con la mas bella voz que el príncipe jamás antes había escuchado, esto basto para despertarlo, entonces la niña salto de inmediato al mar y huyo, dejando al joven perplejo y confuso.
La pobre niña quedo enamorada del joven humano, deseaba verle nuevamente, pero para ello necesitaría de ayuda; convertirse en humana seria lo mejor, pensó. Pero eso me alejara de mi padre, de mis amigos y del mar para siempre, pensó luego. Pero era tan grande el amor que sentía por aquel joven que no le importo más las consecuencias de su repentina decisión.
Fue a visitar a la bruja del mar, para pedirle que la convirtiera en humana. La bruja le dijo; a cambio me has de regalar tu voz, ya que si si adquieres el talento humano, pierdes el don de sirena. La niña temerosa acepto, nada valía más que el amor de ese hombre.
 No se demoro mucho la bruja, en conjurar dos hechizos, el primero dejaría muda  a la niña, y el segundo le concedería piernas. Ya convertida en humana, la chica nado y nado hasta la superficie, ahora tampoco podía respirar bajo el mar.
Corrió hasta el palacio, en donde ella sabía que viviría en príncipe. Al llegar le pareció extraño que nadie la detuviera, pero seria mejor así, corrió por pacillos, corredores y habitaciones, pero nadie se encontraba allí. Muy decepcionada, fue a sentarse al jardín que también se encontraba solo, más cuando se disponía  hacerlo, una campanas de algún lejano lugar le llamaron la atención, entonces olvido lo que pretendía hacer y corrió hasta la iglesia, que sobresalía de la multitud de casas de barro en el pueblo. Al llegar encontró a todo el pueblo reunido allí, al parecer se celebraba una boda,; pero ¿de quien seria?, su duda fue respondida de inmediato, de la iglesia salía una joven pareja, esta estaba compuesto por el joven príncipe y una bella princesa, se veía que se amaban. La pobre niña no lo soporto, su corazón se rompió en mil pedazos, como un fantasma llego hasta la orilla del mar, lloro desconsolada, junto a las rocas, estaba arrepentida de haber dejado a su familia por alguien que nunca le prometió amarla. Fue entonces cuando un ángel bajo, y le acaricio el rostro empapado de lagrimas, luego este le dijo; O pequeña sirenita humana, has roto las costumbres, y te has entregado al falso amor, más lo has hecho con sinceridad y calidez infantil, por eso te he de regalar la vida en otro lugar. Así entonces la niña tomo la mano del ángel y este la llevo al cielo, transformándola en brisa la niña vivió eternamente, ya no era del mar ni tampoco de la tierra, más siendo del aire, cuidaría a su padre y familia, alejando a los piratas que rondaran sus territorios, y también cuidaría del joven amor, alejándolo de los mares peligrosos con una suave brisa del cielo.

* Este cuento de H. Ch. Andersen, es meravilloso. La adaptación Disney de 1989, también es muy bonita, pero le quita el valor, de la entrega en cuerpo y alma, de esta niña, a un ser diferente , solo por amor.
  La octava historia, se la he de dedicar a mi Mini-alumna Alexia Duqe-Estrada. Es una muy buena niña, dulce, carismatica y muy lista. Tiene grandes virtudes y valores bellisimos en su alma.

                                                               Patricio L. Ortega O.
                                                          Viernes 03 de Junio de 2011

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