La Zorra & El Gato
(Hermanos Grimm)
Ocurrió una vez que el gato se encontró en un bosque con la señora zorra, y pensando: «Es lista, experimentada y muy considerada en el mundo», dirigiósele amablemente en estos términos:
- Buenos días, mi estimada señora zorra. ¿Qué tal está su señoría? ¿Cómo le va en estos tiempos difíciles?
La zorra, henchida de orgullo, miró al gato despectivamente de pies a cabeza, y estuvo un buen rato meditando si valía la pena contestarle; pero, al fin, dijo:
- ¡Oh, mísero lamebigotes, necio abigarrado, muerto de hambre, cazarratones, ¿qué te ha pasado por la cabeza? ¿Cómo te atreves a preguntarme si lo paso bien o mal? ¿Qué has aprendido tú, vamos a ver? ¿Cuántas artes conoces?
- No conozco más que una -respondió el gato modestamente.
- ¿Y cuál es esta arte tuya? -inquirió la zorra.
- Cuando los perros me persiguen, sé subirme de un brinco a un árbol, y, de este modo, me salvo de ellos.
- ¿Y es eso todo lo que sabes? -dijo la zorra-. Pues yo domino más de cien tretas, y aún me queda un saco lleno de ellas. Me das lástima; vente conmigo y te enseñaré la manera de escapar de los perros.
En aquel momento se presentó un cazador con cuatro lebreles. El gato, veloz, saltó a un árbol y sentóse en la copa, bien oculto por las ramas y el follaje.
- ¡Abrid el saco, señora zorra, abrid el saco! -gritó desde arriba; pero los canes habían hecho ya presa en la zorra y no la soltaban.
- ¡Ay!, señora zorra -prosiguió el gato-, con vuestras cien tretas os han cogido. ¡Si hubieseis sabido trepar como yo, habríais salvado la vida!
*Esta Historia (la n°19) se la dedico a una niña que esta en mi curso 8en la carrera) no es necesario el nombrarla para enmarcarla aún más. Lo que importa es el por que. Ella es brillante, dedicada y se esfuerza demasiado para hacer notar su habilidad como estudiante, aveces hasta pasando a llevar la integridad o la sensibilidad de otros de nuestros compañeros, sin importar mas que su propio ego y la valoracion de autoestima. Espero que al pasar los meses ella pueda superar ese pequeño traspie y ser mejor y más humana (emocionalmente hablando).
Patricio L. Ortega O.
Sábado 18 de Junio de 2011
(Hermanos Grimm)
Ocurrió una vez que el gato se encontró en un bosque con la señora zorra, y pensando: «Es lista, experimentada y muy considerada en el mundo», dirigiósele amablemente en estos términos:
- Buenos días, mi estimada señora zorra. ¿Qué tal está su señoría? ¿Cómo le va en estos tiempos difíciles?
La zorra, henchida de orgullo, miró al gato despectivamente de pies a cabeza, y estuvo un buen rato meditando si valía la pena contestarle; pero, al fin, dijo:
- ¡Oh, mísero lamebigotes, necio abigarrado, muerto de hambre, cazarratones, ¿qué te ha pasado por la cabeza? ¿Cómo te atreves a preguntarme si lo paso bien o mal? ¿Qué has aprendido tú, vamos a ver? ¿Cuántas artes conoces?
- No conozco más que una -respondió el gato modestamente.
- ¿Y cuál es esta arte tuya? -inquirió la zorra.
- Cuando los perros me persiguen, sé subirme de un brinco a un árbol, y, de este modo, me salvo de ellos.
- ¿Y es eso todo lo que sabes? -dijo la zorra-. Pues yo domino más de cien tretas, y aún me queda un saco lleno de ellas. Me das lástima; vente conmigo y te enseñaré la manera de escapar de los perros.
En aquel momento se presentó un cazador con cuatro lebreles. El gato, veloz, saltó a un árbol y sentóse en la copa, bien oculto por las ramas y el follaje.
- ¡Abrid el saco, señora zorra, abrid el saco! -gritó desde arriba; pero los canes habían hecho ya presa en la zorra y no la soltaban.
- ¡Ay!, señora zorra -prosiguió el gato-, con vuestras cien tretas os han cogido. ¡Si hubieseis sabido trepar como yo, habríais salvado la vida!
*Esta Historia (la n°19) se la dedico a una niña que esta en mi curso 8en la carrera) no es necesario el nombrarla para enmarcarla aún más. Lo que importa es el por que. Ella es brillante, dedicada y se esfuerza demasiado para hacer notar su habilidad como estudiante, aveces hasta pasando a llevar la integridad o la sensibilidad de otros de nuestros compañeros, sin importar mas que su propio ego y la valoracion de autoestima. Espero que al pasar los meses ella pueda superar ese pequeño traspie y ser mejor y más humana (emocionalmente hablando).
Patricio L. Ortega O.
Sábado 18 de Junio de 2011
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