viernes, 24 de agosto de 2012

Aldo, el elefante tramposo


Aldo, el elefante tramposo
Anónimo

Había una vez un elefante llamado Aldo que todos conocían por ser muy pero muy tramposo.

Un día, fueron llamados todos los animales de la selva para participar en la gran competencia de talentos, en la cual ganaría el animal con más aptitudes del lugar.

Se presentaron miles de animales, y cada uno demostró su talento delante de un prestigioso jurado. El mono Miguel tenía preparadas unas piruetas en las que pasaría de rama en rama por varios árboles.

Pero Aldo quería ganar a cualquier precio, entonces cortó una de las ramas para que Miguel se cayera al piso y quedara descalificado.

Claudia, por ser conocida como la rana más saltarina del lugar, tenía pensado hacer una gran demostración de salto alto. Cuando comenzó, Aldo sopló fuerte y, con viento en contra, la rana no pudo pegar el salto tal como para impactar al jurado. Entonces, quedó descalificada.

Cuando llego el turno de Aldo, un ratoncito que había presenciado todas las trampas que el elefante había hecho, se paró frente a él sin decir una palabra.

Aldo, como todos los de su especie, le tenía pavor a los ratoncitos; y ante su presencia, quedó paralizado, sin poder hacer nada.

-Si no hubieras hecho trampa, yo no estaría aquí – aclaró el ratoncito justiciero.

Moraleja;  “Los tramposos siempre terminan perdiendo”
 

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