Insatisfecho
Patricio Ortega O.
Ilustración, César P. T.
La fiesta en Rio de Janeiro
estaba finalizando y junto ella los bailarines de la caravana inicial se
marchaban fatigados. Pedro el líder de la caravana propuso ir a una cantina a
celebrar la buena vibra que vivieron en la festividad.
Todos muy contentos e intentando
hacer a un lado el cansancio partieron a la cantina “muito bela” que se
encontraba muy cerca de ahí.
Mesa para seis pidió pedro al
mesero mas cercano, y este a su ves los guio hasta una mesa redonda cerca de la
ventana principal.
Pasaron tres cuartos de hora
desde que los festejantes habían llegado a la cantina cuando de pronto un
quejido llego desde la calle: ¡que hambre tengo! ¡que hambre tengo!.
Hugo, quien escuchaba mas fuerte
el quejido se asomo por la ventana y vio que era un mendigo sentado en la
cuneta hacia la calle, pero que miraba intencionadamente hacia el interior de la cantina. Hugo se
sintió triste al ver tanta comida en su mesa y a ese pobre hombre sin nada que
comer. Fue así como se excuso con sus acompañantes para ir un momento a la
calle.
Cuando salió se dio cuenta que
aquel mendigo no se mostro asombrado al verlo. Hugo se acerco y le entrego un
trozo de pan con queso y carne y se fue rápidamente.
Al volver a su mesa, volvió a
escuchar ¡Que sed tengo! ¡que sed tengo!.
Rápidamente Hugo le llevo un vaso
con jugo que recientemente le había llevado el camarero.
Nuevamente cuando regreso a su
mesa, otra ves escucho, ¡que frio tengo! ¡pero que frio tengo!.
Muy preocupado por que el
hombrecillo tenía fría, salió presuroso y le dio su abrigo.
Ya muy cansado volvió a su mesa,
pero otra ves el hombre se quejo y dijo ¡que sueño tengo! ¡Pero que sueño
tengo!.
Pero esta ves cuando Hugo intento
salir a la calle, Pedro lo detuvo y le dijo, ya es suficiente amigo.
Pero Hugo le respondió; es una
persona en apuros y necesita ayuda.
No – dijo Pedro- cuando tenia
hambre era una persona en apuros, ahora es un aprovechado que no se cansa. Tú
ya has hecho suficiente, y aunque tristemente sea el verlo de esa manera, no es
bueno avalar su holgazanería y aprovechamiento.
Fue así como Hugo, aunque triste
por no poder ayudar mas, comprendió que entre mas ayuda se le brinda a la
gente, estas dependen mas de ti y cuando tu no logras ayudarles sientes como si
tus obligaciones no las estuvieras cumpliendo.
Así que desde ese día se propuso ayudar al
nivel en que la dependencia no llegara para que así los otros también lograran
por si solos sus metas.
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario