domingo, 24 de junio de 2012

Los Juguetes De Inki Blinky

Los Juguetes de Inki Blinky
(Patricio Ortega O.)




En la ciudad de Tunsdille, vivía un niño llamado Inky Blinky, él es el hijo del hombre más rico de la ciudad. Vivian en una enorme mansión, en ella habían muchas habitaciones y tres de ellas eran solo para guardar los juguetes que su padre le regalaba.

Un día  a la puerta de la mansión llegaron dos niños que vendían juguetes, eran hermanitos y se llamaban Adam y Claudio. Cuando tocaron el timbre, esperaron un momento para que alguien saliera, pero como nadie lo hiso lo volvieron a tocar, a la segunda vez, salió Jacinta, la nana de la mansión, los saludo amablemente y los invito a pasar, para que le contaran lo que hacían y les ofreció unas galletas.

Cuando los niños comenzaron a comer las galletas un grito muy fuerte llego desde el segundo piso, era Inki Blinky que despertaba y salía hasta el pasillo; ¡Quienes son ustedes! , dijo, i bajo corriendo las escaleras.

Fuera, fuera, no los quiero aquí, llévense esos juguetes inmundos de mi casa. Los niños muy asustados se fueron llorando hasta el jardín de la mansión, y luego cruzaron hasta la plaza, en donde luego comenzaron a vender sus juguetes con un cartel muy mal escrito.

Inky blinki furioso, subió hasta su habitación y miro a los niños desde su ventana, no quería que volvieran a entrar, porque podían robarle sus juguetes para venderlos, estuvo mucho rato mirándolos, y en un momento los niños comenzaron a jugar, pero Inky blinki no pudo hacer lo mismo, ya que estaba solo, y el quería jugar de la misma manera que los dos niños, ¿pero como?, si a él no le gustaba compartir, por miedo a perder juguetes.

En un momento su nana subió y lo vio muy triste, ¿Qué te pasa corazón?, le dijo Jacinta.

Me molesta y entristece estar solo, tengo mas juguetes que ellos pero no puedo jugar feliz.

¿Por qué no los invitas a jugar?, seguro te divertirás.

¡no!, y si me los rompen., dijo Inky

Pero, mi niño, ¿es acaso mas importante un juguete que tu felicidad?.

Inki Blinky pensó, y de pronto entendió que su padre igual podría comprarle nuevos juguetes si estos llegaran a romperse, aunque trataría de que no les pasara nada malo.

De pronto salto y corrió por las escaleras, pero antes le dio un beso en la mejilla a su nana.

Abrió la puerta de su casa, y llego hasta la plaza.

Los dos niños cuando lo vieron se asustaron mucho, pensaban que les gritaría otra vez.

¡Vengan!, dijo Inky, y los niños no pudieron decir que no y solo lo siguieron.

Cuando llegaron dentro de la casa, Inky les mostro todos sus juguetes, algunos se los regalo para que los vendieran y con otros se divirtió toda la tarde.

Después de eso Inky, nunca más fue mezquino, ya que sabía que al compartir era mas feliz, y aunque perdió un par de juguetes, gano dos nuevos amigos.

Fin

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