Los Juguetes de Inki Blinky
(Patricio Ortega O.)
En
la ciudad de Tunsdille, vivía un niño llamado Inky Blinky, él es el hijo del
hombre más rico de la ciudad. Vivian en una enorme mansión, en ella habían
muchas habitaciones y tres de ellas eran solo para guardar los juguetes que su
padre le regalaba.
Un
día a la puerta de la mansión llegaron
dos niños que vendían juguetes, eran hermanitos y se llamaban Adam y Claudio.
Cuando tocaron el timbre, esperaron un momento para que alguien saliera, pero
como nadie lo hiso lo volvieron a tocar, a la segunda vez, salió Jacinta, la
nana de la mansión, los saludo amablemente y los invito a pasar, para que le
contaran lo que hacían y les ofreció unas galletas.
Cuando
los niños comenzaron a comer las galletas un grito muy fuerte llego desde el
segundo piso, era Inki Blinky que despertaba y salía hasta el pasillo; ¡Quienes
son ustedes! , dijo, i bajo corriendo las escaleras.
Fuera,
fuera, no los quiero aquí, llévense esos juguetes inmundos de mi casa. Los
niños muy asustados se fueron llorando hasta el jardín de la mansión, y luego
cruzaron hasta la plaza, en donde luego comenzaron a vender sus juguetes con un
cartel muy mal escrito.
Inky
blinki furioso, subió hasta su habitación y miro a los niños desde su ventana,
no quería que volvieran a entrar, porque podían robarle sus juguetes para
venderlos, estuvo mucho rato mirándolos, y en un momento los niños comenzaron a
jugar, pero Inky blinki no pudo hacer lo mismo, ya que estaba solo, y el quería
jugar de la misma manera que los dos niños, ¿pero como?, si a él no le gustaba
compartir, por miedo a perder juguetes.
En
un momento su nana subió y lo vio muy triste, ¿Qué te pasa corazón?, le dijo
Jacinta.
Me
molesta y entristece estar solo, tengo mas juguetes que ellos pero no puedo
jugar feliz.
¿Por
qué no los invitas a jugar?, seguro te divertirás.
¡no!,
y si me los rompen., dijo Inky
Pero,
mi niño, ¿es acaso mas importante un juguete que tu felicidad?.
Inki
Blinky pensó, y de pronto entendió que su padre igual podría comprarle nuevos
juguetes si estos llegaran a romperse, aunque trataría de que no les pasara
nada malo.
De
pronto salto y corrió por las escaleras, pero antes le dio un beso en la
mejilla a su nana.
Abrió
la puerta de su casa, y llego hasta la plaza.
Los
dos niños cuando lo vieron se asustaron mucho, pensaban que les gritaría otra
vez.
¡Vengan!,
dijo Inky, y los niños no pudieron decir que no y solo lo siguieron.
Cuando
llegaron dentro de la casa, Inky les mostro todos sus juguetes, algunos se los
regalo para que los vendieran y con otros se divirtió toda la tarde.
Después
de eso Inky, nunca más fue mezquino, ya que sabía que al compartir era mas
feliz, y aunque perdió un par de juguetes, gano dos nuevos amigos.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario