sábado, 30 de junio de 2012

En el país de las figuras



En el país de las figuras
Anónima

Había una vez en el país de las Figuras, un enredo de formas. Todas se quejaban y discutían cuál era la mejor. De pronto, la voz de una muñeca dijo:

-¡Basta ya! Ninguna es mejor que otra. Todas son importantes-.

El círculo, redondo y sin puntas, solito y sin compañía, le da forma a globos y pelotas para que los niños y las niñas puedan jugar.

Pero si el círculo se convierte en lindas ruedas, cuando acompaña al rectángulo, con sus cuatro lados, dos largos y dos cortitos, dará la forma al vagón de un tren. Y más arriba, un cuadrado chiquitito, con sus cuatro lados igualitos, dejará salir el humo por un pequeño huequito. Si el círculo está sobre el amigo triángulo, con sus tres lados, a veces iguales y a veces no, podrá formar un delicioso barquillo, de cereza, quizás.

Y cuando el triángulo está arriba, le da forma a la vela de los barcos para que puedan navegar. Así que ya no discutan más, porque todas unidas, harán las mil formas del mundo. Si no lo creen, ¡mírenme a mí!.

El círculo es mi cara, el triángulo mi cuerpo, dos rectángulos mis brazos y mis pies dos cuadrados son. Y con gran alegría, las mil formas se unieron en el país de las figuras.


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