Paseo en Bicicleta
(adaptación; título original: Ruedas Repuestas)
Patricio Ortega Ortega
Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un hombre y su
pequeño hijo, ambos gustaban de andar en bicicleta sin rumbo fijo, solo por el placer de sentir
el cálido aire sobre sus cabezas.
Padre e hijo disfrutaban mucho de estas rutinas matutinas y
el compartir sus conversaciones que tanto bien hacia a ambos, siempre tenían
pláticas de lo más amenas y realmente existía una comunicación constante entre
ellos.
Una mañana, salieron como era su costumbre en sus bicicletas,
estaban muy felices porque era un día espléndido, cuando de repente el niño comenzó
a balancearse y cayó rodando, su padre se detuvo de inmediato volviendo sobre
sus pasos para ver que le había sucedido a su pequeño hijo.
Se acerco a él para averiguar si se encontraba bien, y el
pequeño no lograba levantarse, muy asustado le dijo a su padre:
- Siento que no podré volverme a levantar, me duele mucho el
pie izquierdo.
- Hijo, debes levantarte, acaso ¿Te has roto algo?
- Papá, le dijo el niño, creo que no me he roto nada, pero,
un ciclista nunca se cae y cuando lo hace es muy vergonzoso.
- Hijo, estás equivocado, todos, ciclistas o no ciclistas
nos caemos, pero volvemos a levantarnos y tu te levantarás, porque tu no tienes
nada roto, tu voluntad hará que te levantes y vuelvas a montar tu bicicleta y
andar como siempre lo has hecho, no permitirás que tu mente te haga tomar una
decisión equivocada, creyendo que porque has caído no podrás levantarte,
además, yo te ayudaré a hacerlo, porque yo precisaré de tu ayuda, cuando caiga
y necesite levantarme igualmente.
- Pero padre, ¿cómo podría yo ayudarte a levantar si soy un
niño?
- Hijo no se necesita fuerza física para dar esa clase de
ayuda, solo se requiere un gran amor, esa es la clase de ayuda que necesitamos,
sentirnos apoyados por nuestros seres más queridos, y yo te amo mucho y por esa
razón te digo que te levantes, porque todavía tenemos muchos caminos que
recorrer juntos.
Fue asi como el pequeño ciclista, se levantó, se sacudió el
polvo, empezó a caminar junto a su amado padre y luego monto su bicicleta como
era su costumbre
Fin.
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