El arte de la
naturaleza
Patuziin / Adaptación
Sir Lorense
de Cotance convocó en una ocasión un concurso para premiar al artista capaz de
realizar una obra que imitase a la naturaleza, de tal modo que nadie fuera
capaz de distinguirla del modelo original. Se presentaron muchas esculturas
magníficas, de gran belleza y delicadeza, pero comparadas con el modelo
natural, todas ellas podían ser diferenciadas por un motivo u otro.
Pero un día
se presentó un viejo artista llamado Tomas que mostró al jurado una cesta llena
de hojas verdes.
Durante años había estado trabajando aquella pieza maestra absolutamente idéntica a unas hojas de verdad. Hasta el más mínimo detalle, hasta el más ligero matiz estaban presentes en aquella” escultura” excepcional. Examinadas las hojas presentadas por el Tomas, ninguno de los presentes fue capaz de distinguir cuál de todas ellas era la pieza artificial y cuáles eran las naturales. Lógicamente, Sir Lorense le entrego el premio de inmediato. Feliz por aquel resultado, Lorense mandó llamar a su sabio consejero.
Orgulloso y satisfecho le dijo a su consejero con un tono arrogante, contempla, mi buen amigo, la obra maestra que ha ganado el concurso. Seguro que nadie es capaz a simple vista de distinguirla de unas hojas verdaderas. Este irrepetible artista ha estado trabajando más de diez años en su obra, y ha demostrado que la mano del hombre es capaz de igualar en belleza a la naturaleza. Me gustaría conocer tu opinión.
Durante años había estado trabajando aquella pieza maestra absolutamente idéntica a unas hojas de verdad. Hasta el más mínimo detalle, hasta el más ligero matiz estaban presentes en aquella” escultura” excepcional. Examinadas las hojas presentadas por el Tomas, ninguno de los presentes fue capaz de distinguir cuál de todas ellas era la pieza artificial y cuáles eran las naturales. Lógicamente, Sir Lorense le entrego el premio de inmediato. Feliz por aquel resultado, Lorense mandó llamar a su sabio consejero.
Orgulloso y satisfecho le dijo a su consejero con un tono arrogante, contempla, mi buen amigo, la obra maestra que ha ganado el concurso. Seguro que nadie es capaz a simple vista de distinguirla de unas hojas verdaderas. Este irrepetible artista ha estado trabajando más de diez años en su obra, y ha demostrado que la mano del hombre es capaz de igualar en belleza a la naturaleza. Me gustaría conocer tu opinión.
Mi opinión es
que es idéntica a las hojas originales
puesto que es una hoja de árbol autentica, si la naturaleza fuera artista se
llevaría todos los premios. Ese artista es un agricultor y ha sembrado los mas
bellos arboles, puesto que son la piezas de arte mas valiosa que este reino
podría tener. Los hombres se esmeran por imitar todo aquello fabuloso y no se
dan cuenta que lo fabuloso no es el “que” sino el como lo podemos aprovechar.
Fin
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