VIVIR
(Un cuento para adolescentes)
Por Carolina Richards
Ella no sabía bien
de dónde había sacado esta habilidad, ella creía que se debía a su padre quien
había muerto cuando ella era pequeña aún y en su preocupación por el bienestar
de su hija le había dejado el don que el también poseía.
Amanda últimamente
estaba teniendo sueños perturbadores, a cada momento estaba atemorizada
pensando en que podría perder a alguno de sus seres queridos, llegaba la noche
y no quería dormir, sólo pensaba, ya no quería ver a Leo su mejor amigo ni a
Mía su compañera de escuela y también trataba de compartir lo menos posible con
su hermano Alonso, por ese miedo.
Una tarde Leo no
aguantó más, ver a su amiga tan triste le producía impotencia, a veces hubiera
querido gritar pero se aguantaba, se canso de dejarle mensajes en su muro
diciendo:
-
“4mi k p4s0 ki3r0 v3rt3, 3stoy muy
pr3ocup4d0, 4rrib4 3s3 4nim0 4mig4, yo te k13r0 <3”
Así
que esa tarde decidió visitarla. Toco el timbre una, dos, tres, hasta siete
veces pero Amanda no salió, entonces decidió treparse al árbol que estaba cerca
de su ventana y la pudo ver recostada en su cama con los ojos muy abiertos y
enrojecidos mirando el cielo. Leo le grito diciendo:
-
“Amy ábreme la puerta estoy
preocupado por ti hablemos”.
Pero
Amanda sólo cerró los ojos y soñó con su padre, hacía mucho tiempo que no le
veía en sus sueños, esta vez estaba sentado de espaldas en la banquita del
parque donde miraba jugar a sus hijos.
Amanda se acercó y pudo ver a su padre sonreír.
-
“Amy, le dijo suavemente, no quiero verte triste, quiero que sepas que
te amo por sobre todas las cosas y ese amor seguirá en tu interior todos los
días de tu vida, hija ya no quiero que estés triste, por temor estás perdiendo el mejor regalo que
pude darte, La vida; No tengas más miedo”.
Amanda respondió:
-
“Papá todo paso por que te fuiste,
creo, pero yo ya no quiero soñar todas
esas cosas, no quiero verlas en mis sueños ni saber que se cumplan”.
-
“Cariño, no porque tu sueñes con
eso significa que vayan a suceder, tus
sueños no reflejan el futuro de tus amigos, pero si lo hacen las decisiones que
ellos tomen, ellos son los únicos que pueden construir sus vidas, el destino no
existe, no cometas el mismo error que yo cometí.
En
ese momento Amanda despertó y pensó en las palabras de su padre y pudo ver cómo
eran en realidad las cosas y que su padre siempre deseo que ella fuera feliz, se
puso de pie seco sus lágrimas, miro hacia la ventana y sonrió cuando pudo ver a
Leo y Alonso en el jardín, bajó rápidamente y los abrazó y se dio cuenta de cuán importante era valorar
y disfrutar la vida, la amistad y la familia.
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